El huerto del cura

Resulta un tópico asociar la imagen de Elche con Huerto del Cura (el jardín botánico y el hotel) pero es que son dos conceptos indisolubles: la ciudad y los proyectos empresariales impulsados por los hermanos Orts Serrano. Pues bien, el Hotel Huerto del Cura acaba de cumplir 40 años de existencia: su construcción fue todo un hito para la época; un establecimiento en superficie, con cuarenta bungalows insertados en el corazón del palmeral ilicitano. Parte de la arquitectura de vanguardia ya había preconizado la integración y simbiosis con la naturaleza y desde esa idea se ejecutó este proyecto como magnífico ejemplo además de lo que hoy llamaríamos una puesta en valor del palmeral. Pepe Orts Serrano, alma mater del invento, fue un visionario. Ahora lo recuerda como un hito, que es lo que fue. «Lo dijo el arquitecto brasileño Bule Max, así es como hay que tratar a la naturaleza», apunta Orts, jubilado ya de la gestión. También subraya, con orgullo, cómo parte del diseño interior del edificio central se adornó bajo los postulados del op-art, incluida una instalación de Julio Le Parc y obras de Eusebio Sempere. Qué nivel. Sol Pérez estaba al tanto de todo.

El jueves pasado se celebró este cumpleaños por lo alto, en el jardín botánico, con la asistencia de toda la sociedad ilicitana, desde la alcaldesa Mercedes Alonso (vestida de escándalo) hasta el ex presidente local del PP Manuel Ortuño. Y el director general de Turismo, Sebastián Fernández. Faltó la consellera Lola Johnson. En su defecto, estuvo el delegado del Consell, Juan de Dios Navarro, en cálida charla con el ex alcalde socialista Diego Macià. El Hotel Huerto del Cura, galardonado en multitud de ocasiones, es un trocito ya de la historia reciente de Elche y, por extensión, de la Costa Blanca. Y fueron los industriales ilicitanos los que dotaron de contenido, y de negocio, este establecimiento. Eran los 70, con una ciudad en pleno boom del calzado y una expansión prodigiosa.

Mis primeras entrevistas como principiante de periodista las realicé allí, al lado de la piscina. Olvido Gara, Imanol Arias, Terenci Moix, Álvaro Pombo, Pedro Almodóvar, Ágatha Ruiz de la Prada (recién estrenada su relación con Pedro J. Ramírez)… la lista es larga. Aunque siempre recordaré el titular que me regaló Maruja Torres: «Soy una mosca cojonera». O el ahora portavoz del PSPV-PSOE en Las Cortes, Antonio Torres, confesando los años que tenía cuando perdió su virginidad. Hay que ver las preguntas tan temerarias que hacíamos entonces los becarios. La Movida: qué tiempos. En los años 80 la CAM, de la mano de Carlos Picazo, organizaba conferencias con lo más granado de la modernidad, hospedada toda en el hotel. También desfiló lo más selecto del establishment político, desde la Reina Doña Sofía, que asistió al Misteri en noviembre de 1985, o Jordi Pujol, que también contempló el drama sacro en 1988 lanzando a los cuatro vientos que «El Misteri es una joya de la cultura catalana».

La inauguración en 1972 la presidió el ex alcalde de Benidorm Pedro Zaragoza Orts, por entonces director general de Turismo. Pero a los pocos días asistió el ministro Sánchez Bella. Me recuerda Pepe Orts que les echó mal augurio: «Un hotel con cuarenta habitaciones no va a ser rentable, harían falta por lo menos doscientas». Se equivocó el preboste del tardo-franquismo. También me recuerda Pepe el temor de sus hermanos ante el montante de la inversión: unos 40 millones de pesetas de la época. 40 aniversario, 40 habitaciones, 40 millones. Menos mal que no soy supersticioso. Ni cabalístico.

Echo un vistazo al libro que editaron los propietarios a propósito del 30 aniversario. Pedro Ruiz (el humorista) en la inauguración. Paloma San Basilio en concierto. Camilo Sesto firmando una dedicatoria. Antonio Gala, engalanado de sí mismo. La Reina con un jovencísimo Joan Lerma. Ciprià Ciscar con melenita de príncipe renacentista. García Berlanga con Roberto López Abad… ¿Alguien no estuvo en el Huerto del Cura?

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