Las cremas anticelulitis no sirven para nada

Son realmente eficaces las cremas? ¿Cuál es la mejor? ¿Cuánto tardará en hacer efecto? Estas preguntas se relacionan inevitablemente con la llegada del verano. 

Tras meses de olvido y abandono, les llega el turno al glúteo y a los muslos. Es lo que se dice todo un desafío, porque la que esté libre de celulitis se puede considerar muy afortunada. En cualquier caso se debe prevenir aplicándose alguno de los tratamientos anticelulíticos que toda mujer debe utilizar tan a menudo como le sea posible.

En la constancia reside la eficacia. Aplicados a diario durante todo el año mantienen la piel alejada de esta modificación sufrida por el tejido conjuntivo debido, sobre todo, a tres problemas que, a su vez, abarcan numerosos trastornos:

Acumulación de grasa en los adipocitos en forma de triglicéridos.Una vez que la celulitis se instala en profundidad tiende a empeorar, ya que el número de adipocitos no se mantiene constante, sino que cada vez es más numeroso y, por lo tanto, aumenta la capacidad de almacenamiento de grasa.

Envejecimiento del tejido por acción de la glucosa sobre las fibras de colágeno (glicación): fenómeno por el que éstas se endurecen y, al quedar rígidas, dan lugar a la piel de naranja porque comprimen y engloban las células, creando unos micromódulos que van evolucionando y causan la pérdida de elasticidad del tejido conjuntivo.

Empeoramiento de la circulación sanguínea, produciendo éxtasis venoso que favorece la retención de agua y toxinas, lo que significa aparición de edemas en el abdomen, las piernas y los tobillos.Por la misma comprensión y endurecimiento de las fibras de colágeno y elastina también quedan estranguladas las vías venosas.

Son, por lo tanto, varias las respuestas a las que tiene que atender cualquier producto anticelulítico en sus diferentes texturas -crema, gel, fluido o espuma- y formatos -tarro, spray, ampollas y tubo-, todos los productos comparten el objetivo común de dejar la piel uniforme, lisa y suave.

Como es lógico, si previamente se ha sometido a la piel a una exfoliación, el anticelulítico será mucho más eficaz. Las investigaciones realizadas por los laboratorios de las firmas han desembocado en la composición de fórmulas complejas que se sirven de una doble acción, como la de E¿Lifexir Minucill Duactiv, que consta de dos fases: lipocombustión (efecto calor), que aumenta el desgaste de grasas, y liporregulación (efecto frío), que cierra los poros y favorece el intercambio de toxinas y líquidos.

Para reafirmar el tejido existen diferentes ingredientes de probada eficacia que se incluyen en productos como Abdo-Choc, de Biotherm, Lift-Fermenté, de Clarins, y Bio Energic, de Orlane: el cacao, que estimula la eliminación de grasas (lipólisis) deshaciendo el acolchado de la piel; la cafeína, que destruye los depósitos de adipocitos; la centella asiática, drenante en la síntesis del colágeno; la carnitina, que elimina los ácidos grasos; la glicerina, que contribuye a mantener la humedad de las capas superficiales de la piel, y la manteca de karité, que deja la piel más lisa y proporciona una sensación de confort cosmético.

Helada y efervescente. El frío ejerce un efecto destructivo frente a la celulitis. Mincifit presenta una espuma fría con un sorprendente efecto helado y efervescente que proviene del mentol, un extracto vegetal que mejora la circulación y la absorción de los principios activos, además de favorecer la microcirculación. Todo ello provoca la descongestión de los tejidos y disuelve la celulitis. Una textura gaseosa que, unida a la acción hielo, ayuda a quemar las grasas y a estimular la circulación sanguínea. Éste facilita la circulación venosa y, por lo tanto, los intercambios.

Cuidados internos. Cuando la celulitis da la cara no es más que la punta de iceberg. Es en el interior donde, en realidad, está lo peor. Por este motivo es muy importante la alimentación.

El agua ayuda a eliminar las toxinas en el organismo la cantidad de agua que debe consumirse varía de persona a persona, pero al menos se recomiendan ocho vasos diarios.

La sal es una enemiga mortal porque contribuye a la retención de líquidos en el cuerpo. Es muy recomendable sazonar a la antigua usanza, con hierbas aromáticas (tomillo, salvia, albahaca...).

La fibra natural en los alimentos ayuda a que el sistema digestivo funcione bien y elimine sin problema los residuos. Come vegetales frescos, hojas verdes como la espinaca y evita las harinas y azúcares refinados. También las grasas porque, además de engordar, contribuyen a la acumulación de toxinas. Esquiva especialmente las grasas saturadas como la mantequilla. Elimina los alimentos fritos del menú. Y nada de bebidas carbonatadas, ya que están llenas de ingredientes artificiales y carecen de nutrientes.

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