Los Smartphones de caros nada

La semana pasada todas las apuestas sobre el lanzamiento de los nuevos iPhone de Apple tenían al menos una vaga referencia a un teléfono de bajo coste. La compañía de la manzana, que durante los últimos cinco años se ha posicionado como el líder de la gama alta de telefonía, se vería obligada tras años de resistirse a bajar los precios para poder seguir creciendo.

Al final, Apple ha apostado por mantener su estrategia, ahora con dos modelos de teléfono y ambos en la gama alta, pero tras la idea de un iPhone barato hay mucha lógica. El mercado de la telefonía móvil avanzada está comenzando a saturarse y ha entrado en un ciclo de renovación. Para las marcas, la oportunidad de crecimiento ya no está en los móviles de 500, 400 o 300 euros. Ahora la cuota de mercado se gana o se pierde en los móviles de 100 o 200 euros.

España es el país de la Unión Europea con mayor penetración de smartphones. Casi el 66% de los usuarios, según el último estudio de la consultora Comscore, publicado en abril de este año. El resto de países de la Unión y EEUU se acercan al 55%. Japón roza el 50% (muchos de sus móviles simples son muy avanzados, pero no se consideran smartphones).

Queda, por tanto, oportunidad para crecer. Casi un tercio del mercado aún está esperando comprar su primer móvil avanzado en nuestro país. La mitad de la población en las naciones de nuestro entorno. Pero esta oportunidad está limitada a la gama baja del mercado, donde sólo el precio reducido puede convencer a quienes aún se aferran a los viejos móviles. En la gama alta y media lo único que resta son usuarios que quieran cambiar de móvil, algo que generalmente hacemos cada dos años.

La gama baja es también la clave para entrar en países como China o India, o territorios como América Latina, donde el salario mensual medio a menudo es inferior al precio de un iPhone o un Samsung Galaxy. Son países con grandes brechas sociales, donde millones de personas pueden permitirse un teléfono de gama alta (hay más de 50 millones de iPhones circulando en China, por ejemplo) pero donde el gran salto en adopción de smartphones llegará por modelos de bajo coste. 

Estos modelos existen y cada vez son más visibles en el catálogo de las marcas de telefonía. Nokia, que aún mantiene el liderazgo mundial en móviles sencillos de bajo coste, comenzó a explorar la categoría con Asha, la evolución de su sistema operativo Symbian. El Nokia 501, por ejemplo, permite instalar aplicaciones y juegos (Whatsapp incluida), tiene reproductor MP3, cámara de tres megapíxeles y pantalla multitáctil de tres pulgadas. ¿Su precio? 99 euros, libre.

Más asequible aún es el último teléfono impulsado por Telefónica, el ZTE Open. Es el primer modelo comercial equipado con el sistema operativo Firefox OS y cuesta 69 euros.

Firefox OS no está exclusivamente enfocado a los móviles de gama baja. Otros terminales de gama media fabricados por Sony, LG o Huawei también utilizarán este sistema operativo, cuya principal ventaja es que está construido sobre tecnologías web completamente abiertas. "Los consumidores no deben estar bloqueados por ningún sistema sino tener la opción de consumir el contenido que quieren y la flexibilidad de poder llevarlo consigo cuando cambian de dispositivo. 

Este primer móvil abierto marca un hito a la hora de hacerlo posible", asegura Luis Miguel Gilpérez, presidente de Telefónica España. Aún así, y para Telefónica, uno de los principales atractivos es que puede impulsar la adopción de smart phones en países en vías de desarrollo.

Android es, sin embargo, la plataforma que más posibilidades tiene de triunfar en este sector del mercado. Su naturaleza abierta, el hecho de que los fabricantes no deban pagar a Google por su licencia y el alto número de aplicaciones disponibles juegan a su favor. Hasta el momento, las exigencias de potencia y memoria han limitado el precio de los terminales (aún así Google presume de un parque de más de 1.000 millones de dispositivos Android en circulación).

En el último tramo de este año, los primeros teléfonos de menos de 50 euros llegarán a los mercados asiáticos y africanos, los territorios que actualmente son más sensibles al precio y donde el teléfono móvil sencillo aún representa la mayoría del mercado. Con estos nuevos precios, la empresa de inversiones Andreessen Horowitz cree que el sistema operativo de Google acabará en los bolsillos de más de 3.000 millones de personas.

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