La sala de prensa de Wimbledon estaba inquieta por la presencia de Michael Stich en las semifinales. Todos los periodistas no alemanes leían y releían su ficha en la Guía del Circuito ATP sin encontrar nada destacado. Nació en Pinneberg, Alemania, el 18 de Octubre de 1968, mide 1,92 metros y pesa 79 kilos. Un único título en toda su carrera, Memphis. Entre los escasos datos personales, se aprendía que había ganado el campeonato junior de Alemania, que empezó a jugar a los seis años y que practica otros deportes, entre ellos el fútbol y el golf.
El servicio de información de la ATP repartió una hoja adicional donde se contaban las preferencias de Michael Stich, que resultaron muy normales, como parecía ser el resto de su vida. Ciudad: Londres. Música: Phi! Collins y Scorpions. Programa de televisión: El Show de Bill Cosby. Actor: Clint Eastwood. Actriz: No tengo. Libro: El descubrimiento de la lentitud. Tras acceder a la final, se profundizó en su formación tenística y se encontró a quien fue su primer profesor, This Roepcke: «Para entrenarle necesitabas nervios de acero porque si no te volverías loco. Era realmente difícil tratar con él cuando era pequeño.
Stich reconoció que, de pequeño, «mi comportamiento en la pista era realmente malo, no paraba de protestar. Ese fue uno de los motivos por los que me dediqué a jugar al fútbol antes que al tenis, porque había gente que me ayudaba en el campo». Su altura les obligó a hacer una exhaustiva preparación física que, ahora, hace de él un jugador muy rápido: «Michael tenía un gran problema, que eran sus pies, ya que calza un 48. Tenía que ganar rapidez y le hice pasar horas y horas subiendo y bajando una escalera, hasta que conociera perfectamente sus 192 escalones». Cuando terminó el bachillerato, Stich se lanzó a la aventura del tenis, pero prometió a sus padres que empezaría a estudiar medicina si no le iban bien las cosas.
El yugoslavo Nikki Pilic, campeón de Roland Garros en 1973 y actual capitán de Copa Davis de Alemania, descubrió a Stich en 1987. «Tenía muchísimas cualidades y, en cuanto le vi, dije que iba a estar entre los mejores. Entonces, que era el 795 del mundo, nadie me creyó». En la Liga de Clubs conoció al neozelandés Mark Lewis, hermano de Chris, que fue finalista de Wimbledon en 1983. Stich le contrató como entrenador y, ahora, le ha dedicado la mitad de su gran triunfo: «El creyó en mí desde el principio y siempre me dijo que podría ganar».
El yugoslavo Nikki Pilic, campeón de Roland Garros en 1973 y actual capitán de Copa Davis de Alemania, descubrió a Stich en 1987. «Tenía muchísimas cualidades y, en cuanto le vi, dije que iba a estar entre los mejores. Entonces, que era el 795 del mundo, nadie me creyó». En la Liga de Clubs conoció al neozelandés Mark Lewis, hermano de Chris, que fue finalista de Wimbledon en 1983. Stich le contrató como entrenador y, ahora, le ha dedicado la mitad de su gran triunfo: «El creyó en mí desde el principio y siempre me dijo que podría ganar».
Fue su amigo Boris Becker.El hombre que logró que se interesara por el tenis: «Recuerdo que veía partidos de McEnroe y Borg en Wimbledon por televisión, pero cuando realmente empecé a seguirlo con gran interés fue cuando ganó Boris por primera vez, en 1987». Stich logró que Becker perdiera por primera vez en Wimbledon sin ganar un set y advirtió que que este triunfo puede ser el primero de una serie. Michael Stich, que ya anunció sus posibilidades alcanzando las semifinales del último Roland Garros, perdió la lucha que mantenía por seguir siendo una persona normal.
Comentarios
Publicar un comentario