El torero gitano

El torero gitano, que tiene dos ferreterías en la rodilla izquierda, sufrió un fuerte correctivo, que habría que hacerlo extensible a un sector del público que demanda la presencia en los ruedos de un torero que dió la impresión de no tener un mínimo de facultades. A Espartaco aún se le niega lo que es obvio, como se le negó a Luis Miguel.

Con un murube que llegó entero a la muleta, el de Espartinas demostró por qué es una figura del toreo: lo recibió con dos largas de rodillas. Con la muleta toreó en series largas, con la franela planchada, sin enganchones, en muletazos largos y lucidos, quedándose colocado en el final de cada pase. Además estoqueó a lo Mazzantini. Lástima que haya una minoría de público que piense que este torero es capaz de engañar a toda la afición durante cinco años.

Curro Vázquez lanceó a la verónica con primor. Estuvo torero en los detalles. trincheras y trincherillas y soberbio en el de pecho. Hubo de hacer faena de enfermero debido a la flojedad del toro de El Torreón, dejando la muleta a media altura. Ortega Cano no se acopló con el cuarto, un Coquilla encastado. Apenas si llegó a correr la mano con la muleta en la derecha en dos series en redondo. Pecó de torerar por fuera y no dejar la muleta puesta al final de cada pase.

El novillero Fernando Cámara que tiene buen ambiente en Madrid, volvió a apuntar detalles de buen torero con la muleta. Sus trincheras son de cartel, pero sus series no tuvieron la profundidad de sus anteriores actuaciones en Madrid. Logró dos tandas de naturales largos y templados. El festival benéfico de Las Ventas fue una lección sobre las facultades del toreo. Con la temporada en su inicio, alguno debería reflexionar sobre ello. Porque el toreo es algo muy serio.

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