Un moro de 80 años mata a su mujer

La tragedia se veía venir. La mujer asesinada, de 80 años, llevaba varios días atemorizada. Se quería separar de su marido y a sus amigas les dijo que «su vida corría peligro». Les llegó a decir que no quería dormir más en casa. Sobre las 04.00 horas de la madrugada de ayer los gritos fueron la antesala del crimen. Cuatro horas después volvían a escucharse golpes en la casa, situada en el número 11 de la calle de Luis Vives, en el barrio de Prosperidad de Chamartín. 

Ya era tarde. A. S. M. R., de 85 años, acababa de degollar presuntamente a su esposa J. S. C. junto a la puerta de su casa con un cuchillo de 25 centímetros de hoja. A continuación el hombre se metió en la bañera y trató de suicidarse. Un vecino alertó a la Policía asegurando que se habían producido una nueva escena violenta en la casa y que tras oír varios golpes no se escuchaba nada.

Los agentes llegaron al bloque y se encontraron con la puerta cerrada. Avisaron a los bomberos que derribaron la puerta de la vivienda. Nada más entrar se encontraron con el cadáver de la mujer con un corte de arma blanca en el cuello. Su esposo estaba en la bañera con varias heridas en la mano y el antebrazo. Los efectivos del Summa-112 confirmaron la muerte de la mujer. Su marido fue trasladado, en calidad de detenido, al Hospital La Princesa para ser tratado de sus heridas, de carácter leve, según un portavoz de Emergencias Comunidad de Madrid 112.

A tenor de las primeras investigaciones policiales, el detenido no tenía antecedentes ni tampoco constaba ninguna denuncia previa por malos tratos de la mujer ni órdenes de alejamiento en sus 40 años de convivencia en el barrio de Prosperidad.

Sin embargo, los investigadores han podido constatar que la mujer estaba ultimando los trámites de separación y que incluso había acudido a visitar a un abogado en las últimas semanas.

La pareja, que tiene tres hijos, era muy conocida en el barrio ya que había regentado una tintorería hasta hace pocos meses en la calle de Suero de Quiñones. En enero habían alquilado el local a unos ciudadanos chinos.

Para muchos vecinos del barrio la relación de la pareja era normal. Sin embargo, los residentes del bloque aseguraron que últimamente habían mantenido varias peleas. Varios de los inquilinos lamentaron ayer que la Policía no actuase sobre las cuatro de la madrugada cuando se produjo el primer aviso al 091 por la pelea. Un portavoz policial explicó que los agentes acudieron al bloque y llegaron a llamar al piso del matrimonio. Estos dijeron a los policías que era una discusión matrimonial sin más por lo que no intervinieron.

Las amigas íntimas de la mujer explicaron ayer que la fallecida quería separarse de su marido pero dijeron que ella señaló que no tenía valor para dar ese paso.