El Samsung Galaxy S5 compite por el trono de Android

España es un caso extraño en el mundo de la telefonía móvil. Uno, además, muy interesante para Google. Su sistema operativo, Android, es con diferencia el que mayor cuota de mercado tiene en todo el planeta. Impulsado por más de una veintena de fabricantes, siete de cada 10 smart phones vendidos en 2013 funcionaban gracias a él. Pero en España, esa cifra se dispara. Nueve de cada 10 smartphones vendidos el año pasado fueron Android.

Los datos muestran ligeros signos de estancamiento, pero es poco probable que Google esté preocupada. En el último trimestre, según Kantar World panel, la cuota de mercado de Android en nuestro país ha caído casi un 4%. Aún así, es una fuerza formidable, una plataforma con cimientos sólidos. El 88% de los teléfonos vendidos en los últimos tres meses contaban con él. iOS, en segunda posición, sólo logra arañar una cuota de mercado del 6,3%. Windows Phone crece de forma significativa, pero aún supone sólo el 4,7% del mercado.

Se espera, además, que la cifra vuelva a subir este trimestre. La primavera, en parte debido al Mobile World Congress de Barcelona, es la época del año elegida por los mayores fabricantes para presentar las propuestas más avanzadas del año. Con la excepción de Apple, y la propia Google, que suelen presentar sus teléfonos en el mes de septiembre, y alguna que otra sorpresa, los grandes teléfonos de 2014 ya se conocen.

En los próximos días llegan al mercado tres de los que protagonizarán la gama alta de telefonía. Salen de los catálogos de Samsung, Sony y HTC. La primera presentó su nuevo teléfono, el Galaxy S5, hace menos de un mes. Es un terminal de 5,1 pulgadas de pantalla que presume de resistencia al agua, lector de huellas dactilares en el botón frontal y pulsómetro integrado en la parte trasera de la carcasa. El teléfono viene acompañado de una cámara capaz de grabar vídeo en 4K y con varias funciones de disparo inteligente.

La familia Galaxy se ha convertido en la punta de lanza del fabricante coreano y la gama más vendida dentro de la plataforma Android. Su antecesor, el S4, vendió más de 10 millones de unidades en su primer mes en el mercado, aunque a largo plazo los analistas coinciden en que el teléfono no ha cumplido con las expectativas que tenía la compañía.

El nuevo modelo llegará el 11 de abril con un precio estimado, libre, entre 700 y 725 euros, pero varias ofertas de operador rebajarán esa cifra. Movistar, por ejemplo, lo pondrá a la venta libre y sin permanencia por 599 euros (entregando un SIII, tendrá un descuento de 85 euros). Habrá también opciones de financiación a 24 meses. La operadora contará con el de color azul en exclusiva temporal, una estrategia que seguirá su rival, Vodafone. Tendrá el Gold en exclusiva, con 16 gigas de memoria y una microSD de otras 16 gigas, aunque al cierre no tenía las tarifas definitivas. Orange venderá el teléfono asociado a diferentes contratos desde 569 euros (libre 679 euros), con permanencia de dos años.

El precio oficial del Galaxy S5 es muy similar al de sus rivales. El Xperia Z2 de Sony, por ejemplo, está a la venta desde hace unas semanas por 699 euros libre. Es el terminal que más pantalla tiene dentro de la gama alta si no se tienen en cuenta los denominados phablets —un híbrido entre teléfono y tableta—, 5,2 pulgadas de pantalla. Sony apuesta también por una cámara de gran resolución (20 megapíxeles) y un cuerpo resistente al agua como principales reclamos diferenciadores. HTC One M8 llega estos días al mercado a un precio aproximado de 725 euros. La compañía taiwanesa también supera las cinco pulgadas de pantalla en su última creación y al igual que ocurriera con el anterior modelo, hace del diseño, los materiales y la cámara los protagonistas del teléfono.

Para los terminales de gama alta la competencia es dura. Se enfrentan entre sí por un segmento del mercado relativamente pequeño, el de los usuarios dispuestos a gastar más de 300 euros por un móvil. Además, los modelos de gama media cada vez se parecen más en prestaciones y tamaño de pantalla y suelen llegar con el apoyo de las grandes operadoras. Compiten también con los terminales de gama alta de años anteriores, muy rebajados, y les afecta una desaceleración cada vez más evidente en la industria. Salvando países en vías de desarrollo —fundamentalmente China e India— el smartphone ha entrado en una fase de renovación. En España, casi el 80% de la población tiene ya un teléfono avanzado.

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