La vida le sonríe. Por primera vez en 25 años de carrera, asiste a las grandes cenas de gala de Hollywood a ver si hay suerte, con tantas posibilidades como la que más de volverse a casa con un reconocimiento con el que ya hace tiempo había dejado de soñar. Ahora, después del inusitado aplauso del público y la crítica por su papel de madre solidaria y entregada en The blind side, Sandra Bullock, la carismática actriz de Virginia de 45 años, ya tiene algún que otro trofeo de peso dándole vida a unas vitrinas que hasta ahora vivían más de reconocimientos de poca monta, como los premios Bambi alemanes o los del público en Hollywood por ser la chica más atractiva y simpática, que de galardones importantes.
Con el Globo de Oro a la mejor actriz, ha conseguido el punto de inflexión que buscaba, además de dejar claro que éste será su año, después de derrotar a Meryl Streep en esa categoría. Ya antes había compartido un galardón con la intérprete de La decisión de Sophie en los Critics Choice Awards, celebrándolo por todo lo alto con un beso en la boca que dio la vuelta al mundo. No sabía, sin embargo, que lo mejor estaba por llegar, una nominación al Oscar a la mejor actriz para la gala del próximo 7 de marzo en el Staples Center, en el que será el enésimo duelo con Streep y a quien espera derrotar para poner el mejor broche de oro a su gran momento.
También en lo personal le ha salido redonda la cosa, después de que un juez le concediera la custodia de su hijastra en la batalla que sostenían ella y su actual marido, Jesse James, con la ex estrella del porno Janine Lindemulder. La madre biológica de la niña, en la cárcel por evasión de impuestos, sólo tendrá derecho a realizar llamadas telefónicas y no demasiadas, después de que su padre denunciase que la menor de seis años, Sunny, llegaba a recibir hasta 20 llamadas en un día de su madre para caer luego en el más absoluto de los olvidos durante semanas.
Bullock, que en sus varios discursos recogiendo premios ha dejado claro el inmenso amor que le une con el ex guardaespaldas de varias bandas de rock, se involucró de forma activa en la disputa legal por la custodia de la niña, presentando pruebas para demostrar que la ex estrella del porno, tatuada por todo el cuerpo, no era una madre responsable, adicta a la cocaína y con graves problemas financieros.
Lindemulder se defendió alegando que lo que la estrella de Hollywood buscaba era simplemente tener un hijo propio después de años de relaciones inestables, aunque Bullock lo negó rotundamente. De hecho, en uno de los alegatos más sorprendentes del caso, la actriz de origen alemán señaló que en su lucha por la custodia de Sunny había sacrificado su propio deseo de traer a un hijo al mundo. «Compartir la alegría de concebir un hijo con Jesse es algo que deseo con fuerza, pero me di cuenta de que debido a la inestabilidad en la vida de Sunny, no sería bueno para ella, por lo que es algo que hemos decidido posponer», señaló la intérprete de La red.
Con 45 años y una agenda muy apretada por delante, el deseo de Bullock cada vez está más cuesta arriba. Pudo haber optado por el camino tradicional hace una década, después de haber estado prometida en 1994 con Tate Donovan, el conocido actor de televisión que también estuvo a punto de casarse con Jennifer Aniston, pero la cosa terminó en ruptura. Tampoco cuajó el amor con Matthew McConaughey, con quien llegó a compartir una casa en Austin, Texas, ni con otro actor, Ryan Gosling.
Llegado el momento, no dudó en apuntar que no creía en el matrimonio. «Soy una de esas personas a las que se les da muy bien estar sola», dijo entonces. «Tanto si estaba en una relación satisfactoria como si no, mi prioridad siempre era mi trabajo, mi arte, lo que quería extraer de mi misma. Cuando no era responsable de nadie más que de mí misma, me lo pasé extremadamente bien».
Finalmente, en 2004 conoció a James después de que su ahijado le pidiese un encuentro con el especialista en motos Choppers y Harley Davidson. Todo comenzó a encajar. «De repente, la solución surgió de una forma que nunca hubiera podido planear. Me pasé la vida evitando tener hijos por la misma razón por la que la mayoría lo evita, egoísmo».
Y eso que James se encontró de frente con la negativa de la actriz cuando éste la invitó a salir en un principio. El diseñador de motos y presentador de varios programas de televisión sobre el mundo de las dos ruedas, se vio obligado a pedirle ayuda a la asistente de la estrella, algo que a la postre terminó por funcionar.
Pese a que salir con James significaba romper con todos los esquemas en el mundo del cine para una mujer con clase descendiente de una familia europea acomodada, la relación acabó en enlace en Santa Barbara, con Bullock llegando a la boda en un camión gigante de estética rockera. Después se le resucitaron las ganas de quedarse embarazada. «Me di cuenta de que al fin tenía a alguien a quien quería lo bastante y que era lo suficiente buen padre como para querer tener niños». Aunque con la excusa del cine, lo volvió a dejar aparcado.
No sabía que unos años después le llegaría la gloria con un papel haciendo de madre protectora y dedicada. Bullock se mete en la piel de Leigh Anne Tuohy, una rica mujer blanca de clase media en Memphis, Tennesse, que cruza sus pasos con un joven afroamericano abandonado por su madre y sin un lugar donde dormir. Pese a las ácidas burlas de sus amigas, Touhy incorpora al joven a su familia, junto a sus otros dos hijos, que inmediatamente lo acogen como a un hermano, además de apoyarlo en su sueño de ser uno de los mejores jugadores defensivos de la liga universitaria de fútbol americano.
La propia Bullock no quiso saber nada del papel durante un tiempo, pero al final acabó dándose cuenta de la clase de trabajos que en realidad le convenían para entrar en las grandes ligas de la interpretación.
«Siempre asumí que el camino hacia un Oscar era algo planeado. Creí que la gente elegía proyectos que eran considerados aptos para un premio así», dijo la actriz justo después de que se conocieran las nominaciones de este año. «Nadie quería hacer esta película. Yo tampoco quise durante buena parte de la primera mitad del año. Supongo que estaba tan ciega como todos los demás».
Lo curioso es que Julia Roberts estuvo a punto de aceptarlo, algo que previsiblemente podría haberla puesto en la senda de su segundo Oscar después del conseguido por Erin Brokovich. Ahora, Bullock lo tiene claro. «Seguiré aceptando todo lo que ella rechace», dijo recientemente con su particular sentido del humor.
Y aunque la han tachado de actriz mediocre en numerosas ocasiones, Bullock tiene algo que muchas otras no: un impresionante tirón en taquilla. De momento, ha conseguido batir el récord de la película más taquillera de la historia con una mujer como protagonista. The blind side, que entró en cartelera hace dos meses sin muchas pretensiones, lleva embolsados 238 millones de dólares, y eso que aún no se ha estrenado en todo el mundo.
Además, encabezó la clasificación de las estrellas más poderosas del año en el capítulo financiero, por encima de pesos pesados como Johnny Depp, Matt Damon, George Clooney y Robert Downey Jr, logrando una distinción que sólo ocho mujeres han alcanzado en la historia del cine. Según Vanity Fair, es la octava mujer mejor pagada de Hollywood. En 2009 ganó 20 millones de dólares.
También fue un gran éxito de taquilla la película que la lanzó al estrellato, Speed, junto a Keanu Reeves en 1994, una cinta que recaudó 350 millones de dólares en todo el mundo y que supuso que a Bullock la empezaran a tomar más en serio en Hollywood. Sin embargo, sus primeros pasos fueron difíciles, con apariciones en cintas de poco calado como The preppie murder, The thing called love o la más conocida Demolition man, junto a Silvester Stallone. Después, su cara de niña inocente conduciendo aquel autobús con una bomba a bordo hizo el resto, y casi a renglón seguido surgieron papeles protagonistas y románticos, más adecuados a lo que el público esperaba de ella, como Mientras dormías, junto a Bill Pullman.
Luego llegaron éxitos como Miss agente especial, la historia de una agente del FBI haciéndose pasar por una de las participantes en un concurso de belleza, que arrasó en taquilla y sirvió para que se hiciera una segunda parte.
En total, las cintas con Bullock presente han superado los 3.000 millones de dólares en todo el mundo, situándola entre las 100 primeras estrellas con mayor éxito de taquilla en la historia del cine. El dato confirma lo que dicen de ella, que es muy inteligente, que sabe elegir lo que le conviene y que conoce a la perfección sus limitaciones. Según Mark Kermode, un crítico de cine británico, Bullock «es divertida, muy atractiva, lo que hace muy difícil que no te guste, pero protagoniza petardo tras petardo».
Sin ir más lejos, este año estará nominada a un Razzie, los ignominiosos premios que destacan lo peor en cuestiones de películas y actuaciones cada año. Su papel en Loca obsesión, donde interpreta a una desequilibrada joven que persigue a un cámara de televisión (Bradley Cooper), ha recibido las peores críticas posibles.
Puede que haga pleno y se lleve el premio a la peor actriz del año y 24 horas después el Oscar por delante de Meryl Streep. Sería la primera vez que sucede. Es, sin duda, una ironía y un contrapunto que en cierto sentido justifica las críticas de los que estos días han escrito, a raíz de las nominaciones, que la Academia de Hollywood, desesperada ante la falta de talento de los intérpretes de este año, eligió a Bullock para completar la terna de cinco candidatas, aunque en realidad está lejos de aspirar al nivel de otras muchas más cualificadas que nunca consiguieron una estatuilla. Otros, más inclinados a aplaudir el trabajo de la actriz, están convencidos de que se llevará el premio.
Lo que es seguro es que esta hija de una cantante de ópera alemana y de un hombre de negocios americano, que pasó gran parte de su juventud viajando por Europa junto a su hermana Gesine, acudirá a la cita puntual sacando pecho, orgullosa de su nueva vida después de años sin hacer demasiado ruido. Y si la racha sigue como hasta ahora, nada podrá detener otro emotivo discurso como colofón a un año grandioso para Sandra Bullock.
A Sandra Bullock siempre le ha gustado llevar las riendas de su carrera profesional, elegir los papeles que pueden beneficiarla. Por eso rechazó al principio su intervención en la película The blind side, que pensó que no le convenía, pero que precisamente ahora podría brindarle el Oscar. Y por eso también ha desarrollado una amplia labor como productora para sacar adelante las propias películas en las que actúa. Hasta el momento han sido 12 las producidas por la norteamericana; algunas de las cuales han colapsado las taquillas, pero otras no le han ofrecido tan buenos resultados, como la última, Loca obsesión, que se proyecta en los cines españoles desde ayer.
«MISS AGENTE ESPECIAL»: Estrenada en Estados Unidos bajo el título Miss Congeniality a finales de 2000 y en abril de 2001 en nuestro país, la cinta recaudó sólo en Estados Unidos más de 105 millones de dólares. Bullock consiguió una nominación a los Globos de Oro como mejor actriz de comedia. La película tuvo su secuela en Miss Agente Especial 2. Armada y fabulosa, cuatro años después, pero, aunque tuvo el respaldo del público, no igualó el éxito de la primera.
«AMOR CON PREAVISO»: Esta comedia romántica entre Sandra Bullock y Hugh Grant, estrenada en 2003 en España, recaudó un total de 200 millones de dólares.
«LA PROPOSICIÓN». Trabajó en ella junto a Ryan Reynolds y el filme ingresó en todo el planeta un total de 314 millones de dólares. Además, supuso para la actriz su tercera nominación a los Globos de Oro.
«LOCA OBSESIÓN». Ha sido la última producción de Sandra Bullock (sobre el texto, una de las imágenes de la película). Precisamente, se estrenó ayer en nuestro país. En Estados Unidos no ha resultado nada bien.
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